La palabra opérculo, del latín «operculum» (tapadera), es una pieza generalmente redonda que sirve para cerrar ciertas aberturas. Comúnmente se refiere a los peces, a una aleta de hueso duro que cubre y les protege las branquias.
En cambio, en el sector industrial de las embotelladoras, los opérculos o cap seals son discos de sellado por inducción o cierre a presión, que cierran y precintan los recipientes con una lámina de aluminio y un capa de polímero compatible con el material del envase sellado.
Los polímeros más utilizados para el envasado son:
- Polietileno (PE), tanto de baja como de alta densidad.
- Polipropileno (PP), parcialmente cristalino.
- Poliestireno (PS), de cristal, de alto impacto, expandido o extruido.
El disco de sellado puede entregarse en distintos formatos, materiales o grosores, según las necesidades del tapón y el recipiente:
- A granel: en cajas, adaptados a cualquier junta de cierre.
- Embolsado y encarado, para facilitar la automatización de la empresa embotelladora.
- En bobinas: para grandes cantidades, ajustado a las necesidades de la fábrica embotelladora.
También pueden ser impresos con la leyenda que exija el cliente. Las más habituales son:
- “Sealed for your protection”.
- Precinto de garantía.
- Cierre hermético.
- Sello hermético.
Sus aplicaciones para prevenir fugas, asegurar la estanqueidad del contenido, garantizar la inviolabilidad del producto y aumentar la seguridad son muy apreciadas y utilizadas en los sectores de:
- La industria farmacéutica.
- Las empresas de limpieza.
- Todo el sector de la cosmética.
- En las empresas dedicadas a tratar con agroquímicos.
- En las empresas de alimentación.
- En el sector de los fitosanitarios.